domingo, 1 de diciembre de 2013

¿Que no soy mística?

¿Que no soy mística porque canto en el suburbio?
Y canto en el suburbio porque en él veo a Cristo.


No soy mística porque siempre me río
y siempre me río... ¿qué me importa lo mío?


Yo no puedo pararme en la flor,
me paro en los hombres que lloran al sol.


Nadie sabe lo lírico que es,
un mendigo que pide de pie.


Nadie sabe sentir al Señor,
cantando la aguja, la mina, la hoz.


Yo me hundo en lo espiritual
haciendo un poema en el arrabal.


En lo oscuro me alumbre la vid
que lo místico mío es reír.


Gloria Fuertes

miércoles, 16 de octubre de 2013

CADA MAÑANA

Cada mañana sales al balcón
y oteas el horizonte por ver si vuelvo.
 
Cada mañana bajas saltando las escaleras
y echas a correr por el campo
cuando me adivinas a lo lejos.
 
Cada mañana me cortas la palabra,
te abalanzas sobre mí
y me rodeas con un abrazo redondo
el cuerpo entero.
 
Cada mañana contratas la banda de músicos
y organizas una fiesta por mí
por el ancho mundo.
 
Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
 
“Hoy puedes empezar de cero”.

Patxi Loidi. “Mar Rojo”, p. 157

jueves, 19 de septiembre de 2013

Discípulo

Hijo del hombre, a pie descalzo, calzada tras calzada.
Hijo del hombre, sin piedra donde reclinar la cabeza.
Hijo del hombre, sin dineros, sin poderes, libre.
Hijo del hombre, manos abiertas al abrazo del oprimido.
Hijo del hombre, palabra anunciada como luz sobre el tejado.


Tú llamas a seguirte. Y pides vender todo y darlo por nada.
Tú llamas a seguirte. Y exiges perder la vida, perderla toda.
Tú llamas a seguirte. Cargando con la cruz
como revolucionario del amor entre los hombres y mujeres.
Tu llamada es radical.
Tú llamas porque eres bueno, porque tu corazón es fiesta
y convidas a seguirte con el gozo de las Bienaventuranzas.
Tú llamas y ofreces tu proyecto, tu plan de vida.
Tú llamas y quieres hombres y mujeres libres que te sigan.


Aquí estoy, Señor, quiero seguirte con mi corazón roto.
Aquí estoy, Señor del alba, quiero cambiar haciendo seguimiento.
Aquí estoy, Señor Jesús, da ritmo a mi proceso.
Aquí estoy, Señor, porque me has llamado. Gracias.

domingo, 4 de agosto de 2013

Hoy vuelvo de lejos, de lejos

Hoy vuelvo de lejos, de lejos,
hoy vuelvo a tu casa, Señor, a mi casa,
y un abrazo me has dado, Padre del alma.

Salí de tu casa, Señor, salí de mi casa,
anduve vacío sin ti perdí la esperanza,
y una noche lloré, lloré mi desgracia.

Camino de vuelta, Señor, pensé en tus palabras,
la oveja perdida, el pastor, el pan de tu casa,
y a mis ojos volvió, volvió la esperanza.

Tu casa, mi casa, será, será mi morada,
banquete de fiesta, mi hogar, vestido de gracia,
y una túnica nueva para la Pascua.

Erdozáin, C.

lunes, 8 de julio de 2013

De nuevo hoy por primera vez

Tantos años trabajando en tu hacienda,
conversando contigo y comiendo a tu mesa
como uno más de la familia, y no sé nada de ti.

No conozco los surcos de tu rostro
ni recuerdo el timbre de tu voz.
No sé todavía el color de tus ojos
ni he aprendido el ritmo de tu corazón. ¡Ay!

Eres todavía como un recién llegado
siendo tan cotidiano y tan cercano.
Tan nuevo y sin estrenar
como si hubiera estrechado por primera vez,
hoy, tu mano,
cuando he sentido
la pasión turbadora y serena,
ahora mismo, de tu compañía.

Tantos años trabajando en tu hacienda
y comiendo a tu mesa,
y eres nuevo todavía para mí,
Dios mío.

P.Loidi

sábado, 29 de junio de 2013

¿QUIEN SOY YO?

Desde un campo de concentración.......

"¿Quién soy yo? Me dicen a menudo
que salía del encierro de mi celda
sereno, alegre, con firmeza,
cual hacendado de su rural vivienda.


¿Quién soy yo? Me dicen a menudo
cuando hablaba a mis guardianes
libre y amigable, claramente,
como si fuese yo quien diera las órdenes.


¿Quién soy yo? También me dicen
que soportaba los días de infortunio
tranquilo, sonriente, dignamente,
como acostumbrado a ganar siempre.


Pero ¿soy realmente lo que otros dicen que soy?
¿O soy solamente lo que yo mismo conozco de mí,
inquieto y anhelante y enfermo, cual pájaro enjaulado,
luchando por respirar, como si unas manos
me oprimieran la garganta,
suspirando por los colores, las flores, el canto de los pájaros, sediento de palabras cariñosas, de compañía,
moviéndome agitado, a la espera de grandes acontecimientos,
temblando impotente por amigos infinitamente alejados,
cansado y vacío al orar, al pensar, al actuar,
débil y presto a despedirme de todo?


¿Quién soy yo? ¿Éste o el otro?
¿Soy una persona un día y otra al siguiente?
¿Soy las dos al mismo tiempo? ¿Soy un hipócrita ante otros
y ante mí mismo un infortunado y despreciable cobarde?
¿O hay algo aún en mí, parecido a un ejército vencido
que huye desordenado de una victoria ya alcanzada?


¿Quién soy yo?

De mí se burlan estas solitarias preguntas mías.

Quienquiera que yo sea, tú lo sabes, oh Dios, soy tuyo."

Dietrich Bonhoeffer

viernes, 14 de junio de 2013

Jesús confío en Tí

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te entregues a mí, todo se resolverá con tranquilidad
según mis designios.

No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, 
como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. 
Cierra los ojos del alma
y dime con calma: Jesús confío en Tí.

Evita las preocupaciones angustiosas 
y los pensamientos sobre lo que
puede suceder después. 
No estropees mis planes queriéndome imponer
tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con libertad. 
Entrégate confiadamente en mí, 
reposa en mí y deja en mis manos tu futuro.

Dime frecuentemente: Jesús confío en Tí.
Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas 
y querer resolver las cosas a tu manera. 
Cuando me dices: Jesús confío en Tí,
no seas como el paciente que le dice al médico que lo cure
pero le sugiere el modo de hacerlo. 
Déjate llevar en mis brazos divinos,
no tengas miedo, YO TE AMO.

Si crees que las cosas empeoran o se complican 
a pesar de tu oración, sigue confiando, 
cierra los ojos del alma  y confía. 
Continúa diciéndome a todas horas: Jesús confío en Tí.

Necesito las manos libres para poder obrar, 
no me ates con tus preocupaciones inútiles.

Satanás quiere agitarte, angustiarte, quitarte la paz. Confía en Mí.

Reposa en Mí.

Entrégate en Mí.

Yo hago los milagros en la proporción de la entrega 
y de la confianza que tienes en Mí.

Así que no te preocupes, echa en mí todas tus angustias y duerme
tranquilo. Dime siempre: Jesús confío en Tí, 
y verás grandes milagros.

Te lo prometo por mi amor.

lunes, 10 de junio de 2013

DEJA LA CURIA, PEDRO

Deja la curia, Pedro,
desmantela el sinedrio y la muralla,
ordena que se cambien todas las filacterias impecables
por palabras de vida, temblorosas.


Vamos al Huerto de las bananeras,
revestidos de noche, a todo riesgo,
que allí el Maestro suda la sangre de los Pobres.


La túnica inconsútil es esta humilde carne destrozada,
el llanto de los niños sin respuesta,
la memoria bordada de los muertos anónimos.

Legión de mercenarios acosan la frontera de la aurora naciente
y el César los bendice desde su prepotencia.
 

En la pulcra jofaina Pilatos se abluciona, legalista y cobarde.

El Pueblo es sólo un «resto»,
un resto de Esperanza.
No Lo dejemos sólo entre guardias y príncipes.
 

Es hora de sudar con Su agonía,
es hora de beber el cáliz de los Pobres
y erguir la Cruz, desnuda de certezas,
y quebrantar la losa—ley y sello— del sepulcro romano,
y amanecer
de Pascua.


Diles, dinos a todos,
que siguen en vigencia indeclinable
la gruta de Belén,
las Bienaventuranzas
y el Juicio del amor dado en comida.


¡No nos conturbes más!
Como Lo amas,
ámanos,
simplemente,
de igual a igual, hermano.
 

Danos, con tus sonrisas, con tus lágrimas nuevas,
el pez de la Alegría,
el pan de la Palabra,
las rosas del rescoldo...
...la claridad del horizonte libre,
el Mar de Galilea ecuménicamente abierto al Mundo.


Pedro Casaldáliga

viernes, 31 de mayo de 2013

El ayuno que Dios quiere

El ayuno que Dios quiere es éste:
que sueltes las cadenas injustas,
que desates las correas del yugo,
que dejes libres a los oprimidos,
que acabes con todas las opresiones,
que compartas tu pan con el hambriento,
que hospedes a los pobres sin techo,
que proporciones ropas al desnudo
y que no te desentiendas de tus semejantes.

Entonces brillará tu luz como la aurora
y tus heridas sanarán en seguida,
tu recto proceder caminará ante ti
y te seguirá la gloria del Señor.

Entonces invocarás al Señor
y él te responderá; pedirás auxilio
y te dirá: “Aquí estoy”
  • Isaías

lunes, 6 de mayo de 2013

NO SE TURBE TU CORAZÓN: ADORA Y CONFÍA

Os dejo la paz, … no se turbe vuestro corazón ni se acobarde  (Jn 14,27-31a)
No te inquietes por las dificultades de la vida,
por sus altibajos, por sus decepciones,
por su porvenir más o menos sombrío.
Quiere lo que Dios quiere.
.
Ofrécele en medio de inquietudes y dificultades
el sacrificio de tu alma sencilla que, pese a todo,
acepta los designios de su providencia.
.
Poco importa que te consideres un frustrado
si Dios te considera plenamente realizado;
a su gusto.
Piérdete confiado ciegamente en ese Dios
que te quiere para sí.
Y que llegará hasta ti, aunque jamás le veas.
.
Piensa que estás en sus manos,
tanto más fuertemente cogido,
cuanto más decaído y triste te encuentres.
.
Vive feliz. Te lo suplico.
Vive en paz.
Que nada te altere.
Que nada sea capaz de quitarte tu paz.
Ni la fatiga psíquica. Ni tus fallos morales.
.
Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro
una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor
continuamente te dirige.
.
Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada,
como fuente de energía y criterio de verdad,
todo aquello que te llene de la paz de Dios.
.
RECUERDA:
Cuanto te reprima e inquiete es falso.
Te lo aseguro en nombre de las leyes de la vida
y de las promesas de Dios.
Por eso, cuando te sientas apesadumbrado, triste,
adora y confía…
.
.
P. TEILHARD DE CHARDIN

viernes, 3 de mayo de 2013

Haz de mi Señor un instrumento de tu paz

"¡Estoy hecho un lío, Señor! (¿Me oyes? ¿Estás ahí? ¿Existes?)... No me entiendo. No me sé.

¡Con lo fácil que sería ser como todo el mundo, seguir el camino normal, tener más de un par de zapatos y, de vez en cuando, celebrar un cumpleaños...!

Pero desde el día que tuve el coraje de decirme a mí mismo que no creía en lo que estaba haciendo, todo se me tambalea; mi fortaleza está casi derruída, como esta iglesia. Ya no sé en lo que creo ni lo que quiero hacer.

¿Por qué no dejar que todo siga adelante, decir las mismas mentiras que nos repetimos unos a otros, poner mis alegrías en conseguir de vez en cuando el último CD del artista de moda...?

Ahora ya es imposible. Aunque quisiera ya no podría engañarme otra vez. Y aquí estoy yo hoy, que quiero vivir a tope y no a sorbos... y ni siquiera sé por donde empezar...

Estoy hecho un lío, Dios. Y tú, ¿me oyes? ¿existes?

Tú eres el dios de mi niñez. El dios de las primeras mentiras; el "dios te ve" que justificaba tanta ley hipócrita de los mayores; el dios que estaba contento si yo me fastidiaba y que lloraba cuando me masturbaba... (bueno, cuando menos eso me dijeron).

El dios que justifica las guerras, que sanciona las injusticias
sociales, que enseña la sumisión, el acatamiento; que amenaza con la condenación eterna si te atreves a pensar por ti mismo... El dios de una Iglesia que emplea sus mejores energías en ver cómo seguir manteniéndose en el poder; el dios en quien no puede creer nadie medianamente inteligente al llegar a cierta edad... ¡Yo, como aquel señor, no soy ateo: solamente pido cosas dignas de creerse!

Pero tú eres también el Dios que salva el sentido de todo lo que existe: desde el humilde tronquito con una sola hoja hasta los trillones de estrellas regadas como un chorro de leche por los firmamentos perdidos.

Tú eres el Dios existente sin que nadie pruebe tu existencia. Tú no eres un político interesado en aumentar el número de votos, ni te aterroriza, como a las iglesias, que disminuya el número de creyentes, porque para ti lo de creyentes o ateos es algo secundario: todos somos hijos predilectos tuyos, carne de tu carne viva de Creador, hermosas criaturas pensadas una a una desde mucho antes de que el Universo estallase de alegría una mañana, borracho de vida.

En ti creemos los hombres cuando nos sentimos vivos y a ti te estamos viendo cuando vemos el latido de la vida todo alrededor.

Tú hiciste al perro que me mira con ojos candorosos preguntándome si lo voy a sacar a la calle; tú inventaste la lluvia que mansamente cae sobre los tejados de tejas rojas; tuya fue la idea de hacer crecer flores allí donde nadie llegará nunca a verlas, sólo por el gusto de que la belleza fuera gratuita.

De ti, Dios, tenemos semejanza cuando la madre sale corriendo para evitar que su hijito cruce solo la carretera; de ti cuando el hombre, después de un día agotador de trabajo, encuentra a los amigos en el
bar; de ti cuando en la calle la prostituta te agradece que le des fuego, sin repugnancia y sin lástima paternalista...

¿Qué importa que unos te llamen Dios y a otros simplemente se les llenen los ojos de lágrimas? Aunque para muchos tú no existas, todo lo bueno se parece a ti.

Estoy hecho un lío, Dios. ¿qué tengo qué hacer para no desperdiciarme? ¿Por dónde diablos se va a la gran alegría? No es el momento de seguir preguntándome si existes tú, sino de decidir cómo voy a existir yo.

"PADRE" te llamaba Jesús de Nazareth, que pasó por la vida haciendo el bien. Hasta que le exprimieron la vida cuando apenas empezaba a ser hombre. Todo por decirles a los poderosos, a los que deciden lo que
está bien y lo que está mal, que lo suyo estaba mal. Unos pescadores, un empleado de banca y unas cuantas mujeres menuditas le quisieron hasta el grito y la persecución. Porque se quitaba del sueño para andar curando gente, animando a los derrotados y llenando las tardes de paz y de esperanzas buenas.

EL era feliz así. ¿por qué? ¿qué tenía de grande su vida corta, rodeado de la escoria y la podredumbre de un rincón del mundo donde ni siquiera llegaban los periódicos? ¿Quién le pinchó en las venas esa locura de vivir abriendo nuevos mercados al amor? ¿Es que a la cumbre de la vida se llega yendo hacia abajo?

Jesús responde que aprovecha la vida quien pone manos a la obra para que haya vida en abundancia; quien no deja pobre con miseria ni enfermo con dolor ni doliente sin cariño. Que se vive en plenitud cuando se dedica la vida a producir vida (como el humilde asno que saca todo el día cubos de agua con la noria) y luego dejarlo todo más vivo cuando ya tú terminas....

Creer en ti no significa saberse el credo, sino pasar haciendo el bien. Ser cristiano significa hacerlo todo nuevo.

Que así sea en mí. Que esta sea mi locura. Yo engancharé mi vida a la tuya, como la manguera a la fuente y plantaré en mis entrañas la semilla de tu inmortalidad.




Haz de mí, Señor, un creador de cosas vivas;
haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz.
Que donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga perdón;
donde haya discordia, ponga unión;
donde haya error, ponga verdad;
donde haya duda, ponga confianza;
donde haya desesperación, ponga esperanza;
donde haya tinieblas, ponga luz,
y donde haya tristeza, ponga yo alegría.



Haz, en fin, Señor, que no me empeñe tanto en ser consolado, como en consolar;
en ser comprendido, como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque dando es como se recibe,
olvidando es como se encuentra,
perdonando se es perdonado

y muriendo se resucita a la vida que no conoce fin.


Así rezó Francisco, el buenagente. Y cuando ya era casi de noche, cuando el silencio reposaba ya sobre cada piedra de aquella iglesita casi destruida el crucifijo de San Damián habló a Francisco y le dijo:

Francisco, ve y repara mi Iglesia, que como ves, amenaza ruina."

de "Oracion en San Damiano", del libro Francisco el Buenagente, de Cortés.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Envíanos locos

¡Oh, Dios! Envíanos locos,
de los que se comprometen a fondo,
de los que se olvidan de sí mismos,
de los que aman
con algo más que con palabras,
de los que entregan
su vida de verdad y hasta el fin.
 

Danos locos,
chiflados,
apasionados,
hombres capaces
de dar el salto hacia la inseguridad,
hacia la incertidumbre
sorprendente de la pobreza;
danos locos,
que acepten diluirse en la masa
sin pretensiones de erigirse en escabel,
que no utilicen
su superioridad en su provecho.
 

Danos locos,
locos del presente,
enamorados de una forma de vida sencilla,
liberadores eficientes del proletariado,
amantes de la paz,
puros de conciencia,
resueltos a nunca traicionar,
capaces de aceptar cualquier tarea,
de acudir donde sea,
libres y obedientes,
espontáneos y tenaces,
dulces y fuertes.

Danos locos, Señor, danos locos.
  • L.J. Lebret

lunes, 29 de abril de 2013

A ABRIR CAMINO ME LLAMAS


Yo soy el camino, y la verdad, y la vida (Juan 14, 6)


No hay caminos en mi vida, Señor;
apenas senderos
que hoy abro y mañana desaparecen.
 

Yo estoy en la edad de los caminos:
caminos cruzados, caminos paralelos.
 

Yo vivo en encrucijada
y mi brújula, Señor,
no marca el norte.
 

Yo corro cansado hacia la meta y
el polvo del camino
se me agarra a cada paso,
como la oscuridad a la noche.
 

Yo voy a galope caminando,
y a tientas busco un rastro,
y sigo unas pisadas. Y me digo:
¿Dónde me lleva el camino?
¿Eres quien ha extendido
a lo largo de mi vida un camino?
¿Cuál es el mío?
 

Si Tú me lo has dado
me pertenece.
 

¿Dónde me lleva? Si Tú lo has trazado
quiero saber la meta.
¿Voy solo? ¿Camino en grupo? 


Tengo miedo que mi cantimplora
y mi mochila se queden vacías
y a mi lado nadie comparta conmigo.
 

Señor, Tú sales al paso en mi camino
para marcar mi rumbo.
Es tu voz, hecha llamada,
quien me indica, palmo a palmo,
mi ruta por el llano
o la montaña escarpada.
 

Es tu voz, hecha llamada,
quien me arranca de mi siesta,
de mi vida fácil y segura,
de los míos y de lo mío.
 

Es tu voz, hecha llamada,
quien me lanza a ser apoyo,
y servicio, y comprensión, y alegría,
y ayuda... de los otros.
 

Es tu voz, hecha llamada,
quien me arranca de mí,
y me hace grupo.
 

Señor, yo busco tu camino (sólo uno),
y me fío de tu Palabra.
Dame fuerza, tesón a cada paso
para caminar contigo.
 

Dame un grupo de amigos decididos,
prontos a la marcha.
Llevaremos nuestra tienda
te llevaremos con nosotros,
y serás cada día,
quien oriente nuestra marcha.
 

Yo busco ahora un camino, Señor.
Tú, que eres Camino,
da luz verde a mi vida
pues a abrir camino Tú me llamas.

viernes, 26 de abril de 2013

TODO




Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan
y cuando os calumnien de mil modos por causa mía.
Alegraos y regocijaos, porque grande será
en los cielos vuestra recompensa. (Mt 5,11- 12) 

No penséis que he venido a poner paz en la tierra,
no vine a traer paz sino espada. (Mt 10,34)

Si el mundo os aborrece,
sabed que antes me aborreció a Mí.
Si fueseis del mundo
 el mundo os amaría como cosa suya;
pero porque no sois del mundo,
sino que Yo os escogí del mundo,
por eso el mundo os aborrece.
Acordaos de mis palabras:
«No es el siervo mayor que su señor.
Si me persiguieron a Mí,
también a vosotros os perseguirán». (Jn 15,18-20)

++++

He oído predicar el Evangelio a un sacerdote que vivía el Evangelio.

Los pequeños, los pobres, quedaron entusiasmados,

los grandes, los ricos, salieron escandalizados,

y yo pensé que bastaría predicar sólo un poco el Evangelio

para que los que frecuentan las iglesias se alejaran de ellas

y para que los que no las conocen las llenaran.



Yo pensé que era una mala señal para un cristiano el ser apreciado por la «gente bien».

Haría falta —creo yo— que nos señalaran con el dedo tratándonos de locos o revolucionarios.

Haría falta —creo yo— que nos armasen líos, que firmasen denuncias contra nosotros, que

intentaran quitarnos de en medio.



Esta tarde, Señor, tengo miedo,

tengo miedo porque sé que tu Evangelio es terrible:

es fácil oírlo predicar,

es todavía relativamente fácil no escandalizarse de él,

pero vivirlo... vivirlo es bien difícil.



Tengo miedo de estarme equivocando, Señor.

Tengo miedo de estar satisfecho con mi vidita decorosa,

tengo miedo de las buenas costumbres que yo tomo por virtudes,

tengo miedo de mis pequeños esfuerzos que me dan la impresión de avanzar,

tengo miedo de mis actividades que me hacen creer que me entrego,

tengo miedo de mis sabias organizaciones que yo tomo por éxitos,

tengo miedo de mi influencia: me imagino que transforma las vidas,

tengo miedo de lo que doy, pues me esconde lo que no doy,



tengo miedo porque hay gente que es más pobre que yo,

los hay peor instruidos que yo

peor desarrollados

peor albergados

peor abrigados

peor pagados

peor alimentados menos acariciados menos amados.



Yo tengo miedo, Señor, pues no hago bastante por ellos,

no hago todo por ellos.



Sería necesario que yo lo diera todo

sería necesario que yo lo diese todo hasta que no quedara ni un solo sufrimiento,

ni una sola miseria, ni un solo pecado en el mundo.



Haría falta, Señor, que yo lo diera todo, todo y siempre.

Haría falta que yo diera mi vida.



Pero no, esto no puede ser verdad del todo,

no puede ser verdad para todos.

 Estoy exagerando, hay que ser razonables.

++++

Hijo mío, no hay más que un solo mandamientopara todos:
«Amarás con todo el corazón

con toda el alma

con todas sus fuerzas.»